Ella llamaría casi muda: hombre, ¡pero hombre!, ¡para retenerlo, para traerlo de vuelta! Pero era para siempre, Virginia, escucha, para siempre y aunque Granja Quieta se marchite y nuevas tierras surjan indefinidamente, jamás el hombre retornará, Virginia, jamás, jamás, Virginia. Jamás. Clarice Lispector, La araña
viernes, agosto 03, 2012
Hace tiempo que analizo el lenguaje, desde distintas ópticas, es mi
herramienta de trabajo. Intento hacer con él una diferencia. Pero no
solo eso: lo enseño, lo vivo, lo sueño, lo idealizo, lo banalizo. Creo
en él, en las verdades y en el poder que puede cargar. Lo recorro todos
los días con maravilla, a través de la literatura que leo y escribo,
como a un lugar inhóspito donde se pueden adivinar ciertos recovecos,
vaticinar algunas inclemencias, pero donde siempre me siento una
extranjera.
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