martes, octubre 30, 2007

Escondida entre tuercas de sonido: brrrrrrr, brrrrrrrrr:
el taladro traspasando capas y capas de cemento.
Bbbbbbrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr:::
ermitaños de overol y casco amarillo:::::::
¡¡¡BBBBBBBBBBBBBRRRRRRRRRRRRRRRRR!!!!

¡¿Es que el silencio no tiene ningún aliado?!

(Yo no sabía de las tardes que guardaba)
(Yo no entendía que en la city era una bucólica bitácora
que amansaba lobos que perseguían ovejas descarriadas)
(Yo no quería ser pastorcita naif con vestido Sarah Kane
y un triple suicidio a cuestas)

*****
Aunque me gusta,
de vez en cuando,
hacer un pic-nic en Puerto Madero
y respirar el aire que contaminan las cotorras
(oh, las cotorras)
contar sólo los mosquitos que nos pican,
indiferentes,
cerca de las axilas.

*****
Bucólicos somos:
pastorcitos descarriados que se cuelan,
inconscientes,
en una ciudad que no cesa, no deja
de existir
tan abierta, tan ruidosa
que a veces dan ganas de ser
cotorra invisible
en Puerto Madero.

lunes, octubre 29, 2007

uno, dos uno, dos uno, dos
(contaba las esquinas de los cuartos)
(los ángulos de las habitaciones)
(con la boca, apretando las mandíbulas de dos en dos)
soñaba con diálogos imposible
pero solía decir las cosas más tontas
el pensamiento se volvía imagen
ahí donde las palabras hacían silencio
se derretían
jugando a ser, de verdad, transferibles
uno, dos uno, dos uno, dos
(ahora repasaba con los pies)
(en este acto obsesivo, se encontraba)
(¿tenía algún sentido?)
el lenguaje cumplía su función reveladora
sólo códigos que sirven para anunciar
develar(se)
saldar la deuda y volver al arte burgués
resbalarse
uno, dos uno, dos uno, dos
(no tengo que preocuparme por hablar)
(no tengo que
preocuparme)