jueves, junio 15, 2006

Madura
el ciclo de la vida
la muerte
nos roza
acecha
nos roba
lo de acá
lo nuestro
la inmunidad que creímos
que no se acababa
favorita del Hado
a salvo siempre
del dolor
el amor entre manos
y la siembra eterna
sin cosecha
perduraría
un rato más
custodiada
por demonios que supiste amansar
estirabas las piernas y caminabas
a paso firme
con los ojos cerrados
confiada
retirando todo pensamiento
porque había un brazo
un hombro
una voz conocida
porque tenías
la garantía de sus ojos
el seguimiento de su boca
la defensa aguijón
y entonces nunca
existiría el miedo
nunca el flan: inseguridad
los siete dones recibirías
un mundo abierto:
perpetuidad
respondiendo a los roles
los huecos y el rodar
consumirías
el único medio adquirido
la lengua destruida y la hoja